Los emprendedores suelen encontrarse con este dilema, llevar su empresa en los hombros o compartir las tareas con un socio. Según tu personalidad y el tipo de empresa, será el mejor escenario.
Existen eventos llamados “Founder Dating” el cual reúne a empresarios exitosos que hayan fundado una empresa, para conocer similares en todos los ámbitos. Este tipo de eventos busca generar alianzas estratégicas. Aunque a veces no sea lo mejor.
Una idea puede cambiar al mundo. Si trabajas bien esa idea, esta morfa en un proyecto que bien puede ser tu empresa. Cuando las cosas se vuelven reales, es importante definir si uno es capaz de llevar el proyecto, o en verdad necesita de un socio para alcanzar sus objetivos.
EMPRESA DE UNO:
Cuando uno lleva su empresa, implica que tiene un conocimiento vasto sobre su empresa. En el caso que desconozca un área, se ve obligado a estudiarlo intensamente hasta comprenderlo. Esto lo vuelve un as de su empresa, con el conocimiento para tomar las mejores decisiones y nunca se detendrá cuando suceda algo en su empresa. El problema es que no siempre contamos con todas las habilidades (verbales, talento, visión) para todos los aspectos de la empresa y el recurso financiero puede ser un problema cuando depende de una sola cuenta.
EMPRESA CON SOCIO:
La empresa con socios acelera el avance de la empresa gracias al aporte de los individuos. Como bien dicen, dos cabezas son mejor que una, cada integrante reúne las características que el otro carece, con ello completando las necesidades del proyecto. En el aspecto financiero es beneficioso al permitir porcentajes de aportación. El problema es cuando no se definen las cosas, cuando son incapaces de resolver problemas, definir objetivos o cuando los ingresos llegan y no saben administrar el éxito.
En si ambos formatos de negocio son positivos, aunque en si, los grandes proyectos siempre han nacido de la correctas alianzas; solo miren el caso de empresas como Apple, Microsoft o Instagram y entenderán nuestro consejo.